por el pastor Cornelius R. Stam
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Los fariseos hipócritas habían llevado a una mujer caída ante Jesús y, "poniéndola en medio", comenzaron a acusarla, diciendo: "en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?" (Juan 8:5).
Estaban usando a esta mujer caída para avergonzar al Señor, haciendo que aceptara que esta mujer debía ser apedreada, o de lo contrario quedar expuesto a la acusación de repudiar la Ley de Moisés.
Al principio, Él hizo como si no los hubiera oído, pero, cuando continuaron preguntando, ¡obtuvieron lo que pedían! Simplemente respondiendo: "El que de vosotros esté sin pecado, sea el primero en arrojar la piedra contra ella", el Señor se apartó de nuevo para dejar que su sentencia hiciera su trabajo. Ellos la habían "puesto en medio". Ahora Él los había puesto a ellos en medio y, "acusados por su propia conciencia", "salían uno a uno" (versículo 9).
Y allí estaba la mujer sola ante Él: una gran pecadora y un gran Salvador. Ya que ninguno de los fariseos se había atrevido a arrojarle una piedra, el Señor dijo: "Ni yo te condeno; vete, y no peques más" (versículo 11).
Así, el Señor perdonó en gracia a la mujer pecadora, sin por ello ignorar la demanda de la Ley. No había negado que la mujer merecía ser castigada. Solo había señalado que los fariseos mismos eran pecadores; que ellos también necesitaban un Salvador.
¡Gracias a Dios! Puesto que "Cristo murió por nuestros pecados", Dios puede perdonarnos justamente, y lo hará, si reconocemos nuestro pecado y nuestra necesidad de un Salvador, y no nos unimos a los hipócritas que andan buscando establecer su propia justicia (Romanos 10:3).
"Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores..." (1 Timoteo 1:15). Dios es muy misericordioso con aquellos que reconocen su pecado y su necesidad:
"...pues el mismo que es Señor de todos, ES RICO PARA CON TODOS LOS QUE LE INVOCAN; PORQUE TODO AQUEL QUE INVOCARE EL NOMBRE DEL SEÑOR, SERÁ SALVO." Romanos 10:12, 13.
Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: "Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico". A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.
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