por el pastor Ricky Kurth
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Esa es la pregunta que se hizo Julieta al enterarse de que el apellido de Romeo era Montesco, el apellido de su rival. Cuando ella continuó diciendo, “lo que llamamos rosa, con cualquier otro nombre olería igual de dulce”, se rumorea que Shakespeare se estaba burlando del Rose Theatre, el rival de su propio Globe Theatre. Se decía que las condiciones sanitarias nada deseables en el Rose habían creado una atmósfera algo olorosa.
El nombre “Pablo” significa pequeño, pero el apóstol que llevaba ese nombre originalmente se llamaba “Saulo” (Hechos 13:9), nombre que significa deseado. Cuando el pueblo de Israel deseó un rey (I Samuel 8:5), Dios le dijo al profeta Samuel que escogiera a un hombre llamado Saúl (I Samuel 9:17). Al transmitirle esto a Saúl, Samuel dijo: “…¿para quién es todo lo que hay de codiciable en Israel, sino para ti…?“ (1 Samuel 9:20 - RVR1960)1.
Esto nos lleva a preguntarnos acerca del apóstol Pablo: “¿Por qué un hombre cuyo nombre significa deseado elegiría un nombre que significa pequeño?” Creemos que la respuesta es que ya no quería ser deseado por los hombres. Ahora deseaba parecer pequeño a los ojos de los hombres, para que el Señor apareciera grande ante sus ojos y, en cambio, comenzaran a desearlo a Él. Si buscas plenitud en la vida, quizás quieras considerar seguir su ejemplo, porque ese es el único camino de gozo para un creyente en el Señor Jesucristo.
Esto lo vemos claramente enfatizado en el caso del rey Saúl, quien eligió un camino opuesto al elegido por Pablo. El rey Saúl comenzó siendo pequeño ante sus propios ojos y luego se volvió “demasiado grande para sus pantalones”, como dicen. Sabemos que Saúl comenzó bien, porque cuando Samuel le dijo que Dios lo había elegido para ser rey de Israel, respondió:
¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante? (I Samuel 9:21)
Como miembro de la familia más pequeña de la tribu más pequeña de Israel, Saúl se sentía no calificado para liderar al pueblo de Dios. Pero Dios lo eligió porque se consideraba menos que el más pequeño de todos los santos de Israel. Sabemos esto porque cuando se rebeló contra Dios, Samuel le dijo:
Aunque eras pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel?… ¿Por qué, pues, no has oído la voz de Jehová…? (I Samuel 15: 17,19)
El uso que hace Samuel del tiempo pasado aquí indica que Saúl ya no era pequeño ante sus propios ojos. Evidentemente empezó a pensar: “¡Soy el rey de Israel, puedo hacer lo que quiera!” Si estás pensando que eres el rey de tu vida y que puedes hacer lo que te plazca, pronto te encontrarás como Saúl, alguien que ya no es “…útil al Señor…” (II Timoteo 2:21).
Amados, es naturaleza humana querer ser deseado por los hombres, pero es evidencia de la naturaleza divina desear parecer pequeño ante los ojos de los hombres para que el Señor aparezca grande ante sus ojos. ¿Por qué no aprender del pobre ejemplo del rey Saúl y elegir el camino que eligió el apóstol Pablo? Comenzó como alguien deseado por los hombres, pero aprendió a verse a sí mismo como “…menos que el más pequeño de todos los santos…” (Efesios 3:8), alguien que anhelaba que sea “Cristo magnificado en mi cuerpo, o por vida o por muerte” (Fil. 1:20).
¿Anhelas que el Señor sea magnificado en ti?
Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: "Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico". A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.
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