por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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¿Por qué los testigos en un proceso judicial siempre prestan juramento con las palabras: “¿Juras solemnemente que el testimonio que estás a punto de dar será la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, con la ayuda de Dios?” Es porque toda la humanidad tiene la tendencia a ser tortuosa y mentir abiertamente. Simplemente no se puede confiar en que siempre digamos la verdad. Por lo tanto, bajo amenaza de prisión por perjurio, es necesario que los testigos acepten un juramento solemne de veracidad.
Cuando el autor de Hebreos se refiere a la promesa de vida eterna, él también se refiere a un “juramento” (Hebreos 6:17 - RV1960). Estaba recordando a sus compañeros judíos: “Dios hizo [una] promesa a Abraham” (Hebreos 6:13). Específicamente, Dios le prometió a Abraham: “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:2-3). Es importante que nos demos cuenta de que inherente a la promesa anterior también estaba la promesa de vida eterna. Aprendemos de Tito 1:2 que la “esperanza de la vida eterna… [fue dada] antes del principio de los siglos”. Pablo explicó a los judíos que Dios había prometido una resurrección de entre los muertos “a [todos los] padres” (de Israel – Hechos 13:28-34). Fue principalmente esta promesa de resurrección a la vida eterna a la que se refirió el autor de Hebreos cuando señaló a Abraham como un ejemplo de cómo Dios siempre cumple todas sus promesas. Esta promesa de vida eterna servía como “segura y firme ancla del alma” (Hebreos 6:19). Pero la roca sobre la que descansaba el ancla de la confianza era el juramento de Dios. ¿Qué fue este juramento? Fue Su firme promesa de que “es imposible que Dios mienta” (Hebreos 6:18). El hombre puede mentir y de hecho lo hace. En contraste, debido a que Dios es justo y santo, nos dio Su juramento de que no puede mentir. Eso significa que Su promesa de resurrección a vida eterna, para aquellos que la reciben únicamente por fe, es firme y segura. Moisés escribió diciendo: Jehová es un “Dios de verdad”. David cantó a Dios: “tus palabras son verdad” y el Señor “guarda verdad para siempre” (II Samuel 7:28; Salmos 146:6).
Si has confiado solo en Cristo, nunca dudes en tu confianza de la vida eterna. “Dios, que no miente” lo prometió (Tito 1:2).
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