por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Sin haber estado allí, podemos intentar imaginar un poco de cómo debió ser el 11 de septiembre después de que los aviones impactaran las torres. Los edificios temblaron, al igual que la gente. El fuego y el humo llenaron muchas habitaciones. Sabemos que se enviaron muchos bomberos y entraron a los edificios para rescatar a quienes estaban en peligro. ¿Podría haber sido, al menos en los pisos inferiores, que los bomberos entraran en habitaciones llenas de humo con linternas llamando a los necesitados? De ser así, las víctimas podrían haber llegado a un lugar seguro escuchando las llamadas, siguiendo las linternas y prestando atención a las instrucciones que los llevarían a un lugar seguro.
La segunda epístola de Pedro revela que los santos del Reino Judío estaban en peligro espiritual. Hombres malvados a quienes llamó “falsos profetas” (II Pedro 2:1 - RV1960) habían entrado a la seguridad de sus iglesias con mentiras peligrosas. Estos hombres “aun negarán al Señor que los rescató…” (II Pedro 2:1). Desafortunadamente, cuando denunciaron esta mala doctrina, Pedro dijo: “Y muchos seguirán sus disoluciones…” (II Pedro 2:2). Sin duda, los oyentes pensaron que estaban siguiendo la luz de la verdad hacia un lugar seguro cuando, en realidad, los estaban guiando por el camino equivocado. Fue en este contexto que Pedro dijo a sus compañeros santos: “Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio” (II Pedro 2:9). Este versículo suena bastante similar a 1 Corintios 10:13, que dice: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. ¿Cómo libra Dios a los creyentes de las tentaciones? La respuesta es esencialmente la misma en todas las dispensaciones. El Señor no controla nuestra voluntad. Debemos elegir permitirle que nos guíe a la victoria escuchando las voces correctas de influencia, siguiendo la luz de la verdad de Dios por caminos seguros y rindiéndonos en obediencia al Espíritu Santo que siempre nos aleja de los peligros del pecado.
Los judíos en los días de Pedro necesitaban dejar de escuchar a los confusos falsos maestros y simplemente prestar atención a las verdades que habían escuchado de los sanos maestros. De manera similar, hoy debemos elegir rendirnos al Espíritu Santo, quien siempre nos aleja del pecado, y escuchar solo a los maestros que son consistentes con la verdad enseñada por Pablo.
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