La EnseƱanza De La Autoestima

Paul M. Sadler|SatanƔs nunca descansa en su insaciable deseo de corromper la Palabra de Dios.

por el pastor Paul M. Sadler

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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Lectura bĆ­blica:

Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseƱada, para que tambiƩn pueda exhortar con sana enseƱanza y convencer [refutar] a los que contradicen. (Tito 1:9 - RV1960)

SatanĆ”s nunca descansa en su insaciable deseo de corromper la Palabra de Dios. Un ejemplo de ello es la enseƱanza actual sobre el amor propio, el valor propio y la autoestima. La influencia de esta doctrina errónea casi ha permeado todos los estratos de la cristiandad, incluido el Movimiento de la Gracia. Como el golpe de un tambor, este tema se escucha casi constantemente desde los pĆŗlpitos de Estados Unidos y aparece con frecuencia en las pĆ”ginas de la literatura cristiana. Tenga cuidado cuando escuche o lea: “Es importante sentirse bien consigo mismo”, “Aprende a amarte a ti mismo”, “Explora tu interior para comprender por quĆ© piensas y sientes como lo haces”, “Dios envió a su hijo a morir por porque sois de gran valor”.

A primera vista, estas frases pueden parecer encomiables, pero en realidad son diametralmente opuestas a las Escrituras. Lo anterior ha sido pesado en la balanza y se ha encontrado que es deficiente. Por ejemplo: “EngaƱoso es el corazón [el yo mĆ”s Ć­ntimo] mĆ”s que todas las cosas, y perverso; ¿quiĆ©n lo conocerĆ”?” (JeremĆ­as 17:9). Pablo estuvo de acuerdo cuando dijo: “Y yo sĆ© que en mĆ­, esto es, en mi carne [la vieja naturaleza o yo], no mora el bien; porque el querer el bien estĆ” en mĆ­, pero no el hacerlo” (Romanos 7:18).

El viejo hombre (yo) estƔ en enemistad contra Dios. Odia a Dios y las cosas de Dios y abandonado a sƭ mismo, no buscarƔ a Dios. Las Escrituras, de principio a fin, hablan con voz unificada de que la vieja naturaleza estƔ podrida hasta la mƩdula (Ver Romanos 3:9-18).

En consecuencia, nuestro viejo hombre (yo) ha sido crucificado con Cristo. Pablo hizo referencia a esto cuando escribió a los GĆ”latas: “Con Cristo estoy juntamente crucificado [es decir, su viejo yo], y ya no vivo yo [el viejo yo], mas vive Cristo en mĆ­; y lo que ahora vivo [la nueva naturaleza de Pablo] en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sĆ­ mismo por mĆ­” (GĆ”latas 2:20). Debemos despojarnos de la vieja naturaleza y vestirnos de la nueva, la cual es creada en santidad y justicia (Efesios 4:22-24). Es inĆŗtil mejorar la propia imagen, especialmente porque Dios aborrece cualquier intento de hacerlo. MĆ”s bien, debemos conformarnos a la imagen de Su amado Hijo. Por lo tanto, los miembros de la familia de la fe deben vivir en consecuencia:

Nada hagÔis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demÔs como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús (Filipenses 2:3-5)

El yo se deleita en la aclamación, la indulgencia, la aprobación y la alabanza. Se glorĆ­a en todas estas cosas. ¿Pero no estamos robando a Dios cuando el yo es mĆ”s estimado que Su gloria?

¿O ignorĆ”is que vuestro cuerpo es templo del EspĆ­ritu Santo, el cual estĆ” en vosotros, el cual tenĆ©is de Dios, Y QUE NO SOIS VUESTROS? Porque habĆ©is sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espĆ­ritu, los cuales son de Dios (I Corintios 6:19,20)

¿Permitiremos que la doctrina del “amor propio” eclipse el amor de Dios en Cristo JesĆŗs? ¡Dios no lo quiera! Que Dios nos ayude a enfrentarnos a esta enseƱanza insidiosa que esencialmente le roba a Dios la gloria que legĆ­timamente le corresponde.


Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artĆ­culos de Dos minutos fueron escritos hace aƱos por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artĆ­culos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: “Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos aƱos, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artĆ­culos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, aƱadirĆ­a interĆ©s, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artĆ­culos de periódico”. A esto aƱadirĆ­amos que lo mismo ocurre con los artĆ­culos escritos por otros que seguimos aƱadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que estĆ© de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artĆ­culos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseƱan son atemporales.

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