Romper Con La Tradición

Paul M. Sadler|La primera parte de mi experiencia cristiana estuvo estrechamente identificada con una iglesia denominacional que sostenía dogmÔticamente la posición de Hechos 2.

por el pastor Paul M. Sadler

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible, y mÔs recientemente su versión en español, Dos Minutos con la Biblia, a los cuales puede suscribirse siguiendo los enlaces anteriores. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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La primera parte de mi experiencia cristiana estuvo estrechamente identificada con una iglesia denominacional que sostenĆ­a dogmĆ”ticamente la posición de Hechos 21. Descansaban cómodamente en la “cama” de la tradición y usaban sus “mantas” como cubiertas de seguridad para aislarse de la realidad de la Palabra de Dios, correctamente dividida. Pero conmigo pasaba algo diferente. SeguĆ­a dando vueltas y vueltas y no podĆ­a dormir bien, espiritualmente hablando. Algo andaba mal con la cama en la que me habĆ­a subido, pero no podĆ­a identificar el problema. Cuanto mĆ”s estudiaba y enseƱaba las Escrituras, mĆ”s inquieto me sentĆ­a.

La tradición decĆ­a: “EnseƱen lo que JesĆŗs enseñó”. Pero JesĆŗs enseñó: “Por camino de gentiles no vayĆ”is… sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mateo 10:5,6 - RV1960). La tradición dice: “Camina por donde caminó JesĆŗs”. Pero JesĆŗs caminó milagrosamente donde ningĆŗn hombre habĆ­a puesto un pie antes: “Mas a la cuarta vigilia de la noche, JesĆŗs vino a ellos andando sobre el mar” (Mateo 14:25). La tradición dice: “Obedece los mandamientos de JesĆŗs”. Pero JesĆŗs ordenó: “Y estas seƱales seguirĆ”n a los que creen: En mi nombre echarĆ”n fuera demonios; hablarĆ”n nuevas lenguas; tomarĆ”n en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortĆ­fera, no les harĆ” daƱo; sobre los enfermos pondrĆ”n sus manos, y sanarĆ”n” (Marcos 16:17,18). La tradición dice: “La Iglesia, el Cuerpo de Cristo, comenzó en el capĆ­tulo 2 de Hechos, el dĆ­a de PentecostĆ©s”. Pero la narración dice: “Sepa, pues, ciertĆ­simamente toda la casa de Israel, que a este JesĆŗs a quien vosotros [el Israel incrĆ©dulo] crucificasteis, Dios le ha hecho SeƱor y Cristo [MesĆ­as de Israel]” (Hechos 2:36).

Cuando seƱalĆ© estas inconsistencias a quienes estaban en el liderazgo espiritual en ese momento, me dijeron cortĆ©smente que no tomara estas cosas tan en serio. SentĆ­an que era mucho mĆ”s importante ganar almas perdidas para Cristo que discutir sobre asuntos tan insignificantes. La Palabra de Dios es insignificante: ¡Dios no lo permita! Afortunadamente, por el bien de estos lĆ­deres religiosos, no vivimos bajo la dispensación anterior, no sea que baje fuego del cielo para consumirlos. No es de extraƱar que la Iglesia se encuentre en tal estado de confusión. Poco despuĆ©s de este encuentro, el SeƱor bondadosamente abrió los ojos de mi entendimiento a la revelación del Misterio.


Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artĆ­culos de Dos minutos fueron escritos hace aƱos por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artĆ­culos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: “Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos aƱos, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artĆ­culos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, aƱadirĆ­a interĆ©s, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artĆ­culos de periódico”. A esto aƱadirĆ­amos que lo mismo ocurre con los artĆ­culos escritos por otros que seguimos aƱadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que estĆ© de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artĆ­culos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseƱan son atemporales.

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