por el pastor Ricky Kurth
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado. (Juan 15:22)
¿Qué quiso decir el Señor aquí cuando dijo que si Él no hubiera venido, los judíos incrédulos que había mencionado en el versículo anterior “no tendrían pecado”? ¡Seguramente habían pecado, haya venido Él o no!
Para saber lo que quiso decir, tenemos que definir una palabra que no usamos muy a menudo, manto (la traducción inglesa usa la metáfora de un manto como encubrimiento, donde la traducción española usa directamente la palabra excusa) Un manto es una prenda holgada y sin mangas que se usa sobre otra ropa, y casi la única vez que este escritor escucha mencionar la palabra es cuando alguien pone su abrigo en el guardarropa (en inglés, literalmente, cuarto de mantos) de un restaurante. Si no puedes imaginarte cómo sería un manto, pero puedes imaginarte al personaje mítico Drácula, siempre se le representa con una capa o manto.
Ahora bien, lo que pasa con un manto es que puedes ocultar fácilmente algo debajo de una prenda holgada y sin mangas, como una daga. Esto ha dado lugar a la expresión manto y daga , una figura retórica que hace referencia al espionaje . Por esta razón, cuando esta palabra se usa figurativamente, significa ocultar o encubrir algo bajo la apariencia de otra cosa (una de las maneras de definir la palabra griega traducida excusa en nuestro texto) Los fanáticos de Star Trek recordarán que las naves klingon y romulanas estaban equipadas con dispositivos de camuflaje que hacían que no se pudieran ver venir sus naves. Y no, no soy un geek, ¡tuve que buscar eso!
Todo esto nos ayuda a entender lo que el Señor quiso decir cuando dijo que si Él no hubiera venido no habrían tenido pecado. No dijo “no tenían pecado, luego vine y ahora tienen pecado.” Más bien dijo: “No tenían pecado, luego vine y ahora no tienen excusa para su pecado”. En otras palabras, Él estaba diciendo: “Ahora que he venido, ya no pueden ocultar su pecado”, y creo que tenía un pecado específico en mente, uno que lo abarca todo y que menciona en el siguiente versículo.
El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece (Juan 15:23)
El pecado general que estos incrédulos estaban encubriendo con tanto éxito antes de que viniera el Señor era el odio al Padre . Dado que la Ley ordenaba a los judíos amar al Padre (Deuteronomio 6:5), era pecado odiarlo, y durante siglos los judíos incrédulos habían ocultado su odio hacia Dios con su religión, que les proporcionaba la cobertura perfecta. Practicar el judaísmo hacía parecer que los judíos no salvos amaban al Padre, pero como el Señor dijo de ellos: ”Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí” (Mateo 15:8 cf. Isaías 29:13).
Si se pregunta cómo la venida del Señor develó su odio hacia el Padre, recuerde que Él representó a Dios el Padre encarnado, y cuando Él apareció y lo odiaron, quedó demostrado que odiaban al Padre.
Pero note en nuestro texto que no fue sólo la venida del Señor lo que develó su pecado. Él dijo: “Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado” (v. 22). ¿Cómo revelaron las palabras de Jesús su odio? Bueno, recuerde, Sus palabras fueron las palabras del Padre (Juan 3:34; 8:26; 12:49). Entonces, cuando el Señor habló las palabras del Padre y ellos odiaron Sus palabras, ¡en realidad estaban odiando las palabras del Padre!
Si no está convencido de que esto es lo que el Señor tenía en mente, considere lo que continuó diciendo:
Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre. (Juan 15:24)
Esto se parece mucho a lo que dijo en nuestro texto, pero recuerde que allí dijo que Sus palabras desenmascararon su odio, mientras que aquí afirmó que Sus obras lo hicieron, hablando de las obras milagrosas que hizo entre ellos. Si se pregunta cómo sus obras revelaron su odio hacia el Padre, recuerde que dijo que “…el Padre que mora en mí, él hace las obras” (Juan 14:10). Y así, cuando los incrédulos en Israel atribuyeron Sus obras milagrosas a Beelzebú (Mateo 12:24), su odio hacia Sus obras era en realidad odio hacia las obras del Padre. Así es como las palabras y obras del Señor revelaron su odio, como Él dice aquí, “a mí y a mi Padre”.
Todo esto nos recuerda que si estás buscando un determinado libro en Internet, normalmente verás anuncios emergentes que dicen algo como: “Si te gusta este libro, es posible que también te guste…”, para intentar venderte otros libros similares al que habías estado buscando y encontraste. De manera similar, si no te gusta el Señor Jesucristo, no te gusta Dios el Padre . Podrías decir que sí, como hacen los seguidores de muchas religiones, ¡pero en realidad no es así! Las religiones que afirman amar a Dios pero rechazan a Su Hijo no son más que disfraces o excusas para ocultar el odio al Padre, ¡y es la Palabra de Dios la que así lo dice!
Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: "Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico". A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.
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