La Novia de Cristo

Paul M. Sadler|Parece terriblemente inconsistente hacer distinción tras distinción entre Israel y la Iglesia y luego dar la vuelta y decir que son una misma cosa, es decir, la Esposa de Cristo. Por supuesto, algunos enseñan que el “Cuerpo” es la Novia, no Israel, pero esto simplemente no está respaldado por los hechos. Una cosa está clara en esta discusión: las opiniones de los hombres son intrascendentes en vista de la eterna pregunta: “¿Qué dicen las Escrituras?”

por el pastor Paul M. Sadler

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica semanalmente en su sitio web artículos devocionales con el nombre More Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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Mientras revisamos montañas de correspondencia aquí en la Sociedad Bíblica de Berea , a menudo hay un tema recurrente. Últimamente, muchos han estado preguntando si el Cuerpo de Cristo es o no la Esposa de Cristo. Siempre hemos considerado esto la dirección del Espíritu Santo, ya que estas cartas provienen de diferentes partes del país, de hecho, del mundo. Si el ministerio nos ha enseñado algo, es esto: ¡Pájaros del mismo plumaje vuelan juntos! En otras palabras, si uno tiene una pregunta de este tipo, normalmente otros están en las sombras reflexionando sobre lo mismo.

Aunque la Esposa de Cristo cae bajo la clasificación de un “tema secundario”, la naturaleza misma del tema tiene un efecto profundo en cómo se interpretan ciertos pasajes. A lo largo de los años, el pastor Stam y yo hemos estado aproximadamente en un 85 por ciento de acuerdo en lo que respecta a sepaarar correctamente la Palabra de verdad. Sin embargo, un área en la que nunca hemos coincidido es la cuestión que estamos examinando. El hermano Stam cree que el Cuerpo de Cristo está contado en la compañía de creyentes comúnmente conocida como la Novia de Cristo. Hemos tenido varias discusiones animadas sobre el asunto, todas las cuales terminaron en el viejo “enfrentamiento mexicano”. Hubo momentos en que cuando salíamos juntos de la habitación, él se reía entre dientes y exclamaba: “¡Paul, algún día verás la luz!”

Consciente de con quién estaba discutiendo estos temas eternos, he sopesado la evidencia muy cuidadosamente bajo el microscopio del evangelio de Pablo. Después de enfocar todo, estoy más convencido que nunca de que el Cuerpo de Cristo no es la Esposa, la esposa del Cordero . A mí me parece terriblemente inconsistente hacer distinción tras distinción entre Israel y la Iglesia y luego dar la vuelta y decir que son una misma cosa, es decir, la Esposa de Cristo. Por supuesto, algunos enseñan que el “Cuerpo” es la Novia, no Israel, pero esto simplemente no está respaldado por los hechos. Una cosa está clara en esta discusión: las opiniones de los hombres son intrascendentes en vista de la eterna pregunta: “¿Qué dicen las Escrituras?”

PALABRAS Y FRASES

En nuestra búsqueda por separar correctamente la Palabra de verdad, ciertas “palabras” y “frases” se identifican con el programa Profético mientras que otras se asocian con el Misterio. Curiosamente, la “Novia de Cristo” es una frase no bíblica que es ajena a ambos programas de Dios. Es meramente una expresión teológica que se originó en la fútil mente del hombre para describir a aquellos que estarán presentes en las bodas del Cordero antes del reino (Apocalipsis 19:7-9). La frase exacta usada en la profecía sólo se encuentra en el Apocalipsis donde uno de los siete ángeles le dijo a Juan: “Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.” (Apocalipsis 21:9 - RVR1960).

Los términos “desposada” o “novia”, “Cordero” y “esposa” (en relación con las bodas del Cordero) están entretejidos a lo largo de las páginas de la profecía. Por ejemplo: “El que tiene la novia es el novio (Juan 3:29 - BTX3 cf. Jeremías 2:32). “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29 cf. Isaías 53:7). “…porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado” (Apocalipsis 19:7 cf. Isaías 54:4-7).

Se buscará en vano encontrar algo de esta terminología en las epístolas de Pablo. De hecho, Pablo frecuentemente hace referencia a Cristo como Salvador, Señor y Cabeza, pero nunca habla de Él como Cordero de Dios y con razón. En la profecía, Dios había impartido bondadosamente el sistema de sacrificios que presagiaba el sacrificio único. Por lo tanto, Cristo fue el Cordero de Dios sin pecado y sin mancha que satisfizo las justas demandas de la ley. Se le retrató constantemente como la víctima inocente: un cordero llevado al matadero (Levítico 4:32-35; Isaías 53:3-8). Con la introducción de una nueva dispensación, el apóstol Pablo presenta a Cristo bajo una luz completamente diferente. Hoy, Él es el Señor de gloria , el poderoso vencedor que ha conquistado el pecado mediante Su muerte y resurrección (I Corintios 2:8; 15:20-23).

LA NOVIA EN LA PROFECÍA

¿Quién es la Esposa del Cordero? Afortunadamente, no tenemos que confiar en nuestro propio razonamiento humano para responder a esta pregunta desconcertante. Las Escrituras son explícitamente claras en cuanto a que la “Novia” es Israel . Cuando se le preguntó a Juan el Bautista por qué todos los hombres buscaban al Maestro y su ministerio estaba decayendo en gloria, él respondió: “El que tiene la novia es el novio, pero el amigo del novio, que está a su lado y lo oye, se alegra en gran manera por la voz del novio. Así pues, esta alegría mía ha sido colmada. Él debe crecer, y yo menguar.” (Juan 3:29,30 - BTX3).

Trabajando en orden inverso, claramente el “amigo del novio” es Juan el Bautista. Juan dice que fue motivo de alegría el oír la voz del novio. “…Así pues, esta alegría mía [de Juan el Bautista] ha sido colmada”. El “novio” no es otro que Cristo mismo. En el versículo anterior Juan declaró “Yo no soy el Cristo, sino que he sido enviado delante de él” (v. 28 - BTX3). Luego lo confirma aplicando la ilustración del novio. Juan fue simplemente el precursor que prepararía el camino para el Mesías. Por lo tanto, “…él [Cristo] debe crecer, y yo [Juan] menguar” (v. 30 - BTX3).

Teniendo en cuenta que el evangelio según Juan es un registro del ministerio terrenal de Cristo, la “novia” es obviamente Israel. Juan el Bautista declara claramente en este registro: “Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.” (Juan 1:31). ¿No instruyó nuestro Señor a sus discípulos “Por camino de gentiles no vayáis… sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de ISRAEL”? (Mateo 10:5,6). ¿No dijo nuestro Señor acerca de sí mismo en ese tiempo: “No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de ISRAEL”? (Mateo 15:24).

Avanzando más en el evangelio según Mateo, tenemos la parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13). Aquí aprendemos que sólo el Israel creyente participará en las bodas reales del Cordero. Recordarás que hubo cinco vírgenes prudentes y cinco insensatas. Cuando el novio retrasó su llegada, las lámparas de las vírgenes imprudentes se quedaron sin aceite mientras dormían. Por lo tanto, las cinco vírgenes insensatas, representativas de los no salvos, no estaban preparadas cuando llegó el clamor de medianoche: “¡He aquí, viene el esposo!” Mientras iban a comprar aceite, vino el Novio “…y las que estaban preparadas [las cinco vírgenes salvas] entraron con él a las bodas…” (Mateo 25:10). Además, esta porción nos enseña que las bodas se llevarán a cabo cuando nuestro Señor regrese en Su gloria al final de la Gran Tribulación (Mateo 25:13).

Lo anterior lo confirma el apóstol Juan en el Libro del Apocalipsis.

Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. (Apocalipsis 19:7,8)

Aquí, en el contexto de la Segunda Venida de Cristo, se dice que el Israel creyente se ha preparado . Esto está en consonancia con el programa profético en la medida en que los santos del reino no tenían la seguridad de su salvación. En consecuencia, fueron instruidos a vencer, buscar para encontrar, perseverar hasta el fin, etc. (Mateo 6:33; 24:13; I Juan 4:5). Seguramente, esto no se puede decir de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. No sólo estamos eternamente seguros, sino que tenemos la garantía de ello. Como miembros de Su Cuerpo somos aceptados en el Amado y por lo tanto completos en Él (Efesios 1:6; Colosenses 2:10).

También cabe señalar que Juan se refiere a Israel como la “esposa” del Cordero. Por supuesto, esto excluye al Cuerpo de Cristo como participantes en esta ceremonia, ya que Pablo siempre se dirige a nosotros en género masculino. Cristo es nuestra Cabeza, no nuestro novio. Pero ¿en qué sentido es Israel la “esposa” del Cordero si ha de unirse al Mesías en los santos vínculos del matrimonio? La respuesta está en la ley del desposorio (Deuteronomio 22:23-25).

En la antigüedad, cuando un hombre y una mujer se reunían ante un rabino, estaban comprometidos el uno con el otro. Al igual que en nuestro compromiso actual, el compromiso era un acuerdo vinculante en el que las partes eran en realidad clasificadas como marido y mujer. Una vez finalizada la ceremonia, la pareja regresaba a sus respectivos hogares por un año. Este período era para darle al marido la oportunidad de preparar un hogar para su futura esposa. También era para garantizar que la mujer hubiera sido fiel y no estuviera embarazada. Por supuesto, fue durante este tiempo que María fue encontrada encinta antes de que ella y José se unieran en la intimidad de la relación matrimonial (Mateo 1:18-25).

En este sentido, Cristo ha regresado al cielo para preparar un lugar para Su novia en el reino. Puesto que este aspecto del reino de los cielos es traído a la tierra, será como el cielo en la tierra. A medida que el período de la tribulación siga su curso, se observará a Israel para determinar quiénes de ellos han sido fieles a los mandamientos de Cristo contenidos en el evangelio del reino (Juan 14:1-3, cf. Lucas 19:11-27).

Es imperativo que aprendamos de todos estos pasajes principales que las bodas del Cordero ocurrirán en la tierra cuando Cristo regrese para establecer Su reino. Después de la boda, se le ordenó al apóstol Juan que escribiera:

Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. (Apocalipsis 19:9)

Estos invitados son sin duda los gentiles del reino que serán invitados a disfrutar de las bendiciones de la próxima Edad de Oro (Mateo 25:31-46; Lucas 14:15-24).

LA NOVIA Y LAS EPÍSTOLAS DE PABLO

Es esencial que el lector tenga presente que la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, estuvo escondida en Dios desde tiempos y generaciones pasadas. Así, con el advenimiento de la administración de la Gracia, se aplican a la Iglesia una serie de nuevas metáforas, tales como: Cuerpo, mayordomos, embajadores, etc. Algunos parecen pensar que Pablo, en efecto, habla de nosotros como la Esposa de Cristo en Efesios 5. Pero no han logrado distinguir entre el uso que hace Pablo de la metáfora y el símil. Un teólogo muy respetado de principios de siglo escribe:

La confusión de la Iglesia con la Esposa en Efesios 5, ha resultado de no ver que la figura retórica utilizada a lo largo del pasaje es la del símil , y no la _ metáfora_: la metáfora coloca una cosa por otra. Es una representación. El símil no es más que una semejanza. Por lo tanto, no debemos decir, al comparar una cosa con otra, que la una es la otra. Observe la comparación continua entre Cristo y la Iglesia que es Su Cuerpo, y la conducta de esposas y maridos. Nótese la presencia del símil en todos los casos y la ausencia de metáfora.


Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, COMO AL SEÑOR (Efesios 5:22)


porque el marido es cabeza de la mujer, así como CRISTO ES CABEZA DE LA IGLESIA… (Efesios 5:23)


Maridos, amad a vuestras mujeres, así COMO CRISTO AMÓ A LA IGLESIA, y se entregó a sí mismo por ella (Efesios 5:25)


Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también CRISTO A LA IGLESIA (Efesios 5:29)

Entonces, el apóstol al usar un símil en lugar de una metáfora está deseando mostrar la semejanza entre la relación matrimonial y Cristo y Su Iglesia. Pablo señala la relación de amor para demostrar que “como Cristo amó a la Iglesia”, los maridos deben amar a sus esposas. De la misma manera, las esposas deben emular a la Iglesia sometiéndose a sus propios maridos. En ninguna parte de la porción que estamos considerando el apóstol usa la metáfora de una novia. De hecho, es todo lo contrario: “…la cual es su CUERPO, y él es su Salvador” (Efesios 5:23). “porque somos miembros de su CUERPO, de su carne y de sus huesos” (Efesios 5:30).

Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros COMO UNA VIRGEN PURA A CRISTO. (II Corintios 11:2)

En la medida en que los corintios tenían una propensión a vivir descuidadamente, el apóstol nuevamente usa la relación matrimonial para mostrar la importancia de vivir una vida piadosa en Cristo Jesús. Los matrimonios se basan en la confianza, la fidelidad, la pureza de corazón y de vida. Pablo estaba desafiando a los corintios a ser fieles a quien los llamó a su gracia. Debemos agregar que dado que el apóstol usa el pronombre “ustedes” en este contexto, parecería indicar que simplemente se estaba dirigiendo a esta asamblea local de creyentes, y no a todo el Cuerpo de Cristo. Pablo había fundado esta asamblea y naturalmente tenía un celo piadoso sobre ellos como su padre espiritual. Por supuesto, haríamos bien en prestar atención a la amonestación del apóstol para no seguir nosotros también los pasos de los corintios.

Es nuestra firme convicción que el Cuerpo de Cristo no es la Esposa, la esposa del Cordero. Creemos que enseñar lo contrario es traer una verdad del reino al Cuerpo de Cristo donde no sólo es antinatural, sino una interpretación forzada. Que Dios en Su gracia nos dé un espíritu bereano para estudiar y ver si estas cosas son así. ¡AMÉN!

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