por el pastor Cornelius R. Stam
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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La Historia registra muchos acontecimientos grandes y significativos, pero ninguno tan significativo como la crucifixión de Cristo en la cruz del Calvario. Refiriéndose al tiempo, entonces todavía futuro, en el que esto debería tener lugar, nuestro Señor habló una y otra vez de “la hora”, “aquella hora” y “Mi hora”, y lo mismo hace el registro sagrado.
Cuando sus enemigos quisieron apedrearlo en la Fiesta de los Tabernáculos, el registro dice simplemente: “procuraban prenderle, pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora” (Juan 7:30 - RVR1960). Finalmente, cuando llegó ese momento terrible, leemos:
Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles (Lucas 22:14)
Jesús les respondió, diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto (Juan 12:23-24)
Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas por esto he llegado a esta hora (Juan 12:27)
Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado… como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin (Juan 13:1)
Finalmente, en Su gran oración sacerdotal, pronunciada a la sombra misma de la cruz, Él “levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado…” (Juan 17:1).
Esta es la hora que muchos de los sacrificios y profecías del Antiguo Testamento habían señalado. Esta es la hora a la que los redimidos mirarán hacia atrás con gratitud y alabanza por los siglos venideros. Sin esa hora no habría habido salvación para los pecadores, ni esperanza de una tierra restaurada sin la maldición del pecado. Gracias a Dios, porque Cristo estuvo dispuesto a enfrentar esa hora terrible “tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia” (Efesios 1:7).
Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: "Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico". A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.
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