¡Una Boca Cerrada No Junta Moscas! – Tito 2:8

Ricky Kurth|Tito tenía un tipo de personalidad fuerte, intimidante (II Corintios 7:14,15), y los cristianos con ese tipo de personalidad necesitan mantenerla bien controlada para que los oponentes del evangelio no tengan nada malo que decir de ellos.

por el pastor Ricky Kurth

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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¿Escuchaste acerca del hombre que comentó: “¿Conoces esa vocecita en tu cabeza que te impide decir cosas que no deberías? ¡Pues parece que no tengo una de esas!”

Hablando de hombres que dicen cosas que no deberían, uno debe preguntarse si Tito podría haber sido uno de ellos. Eso podría explicar por qué el apóstol Pablo tuvo que escribirle y hablarle sobre

palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros (Tito 2:8 - RVR1960)

Tito tenía un tipo de personalidad fuerte, intimidante (II Corintios 7:14,15), y los cristianos con ese tipo de personalidad necesitan mantenerla bien controlada para que los oponentes del evangelio no tengan nada malo que decir de ellos. Si sufres de ese tipo de fuerza, puedes evitar el reproche ya sea cerrando la boca o aprendiendo a adornar tus palabras con “palabra sana”.

La palabra sana que Pablo tenía en mente aquí consiste en las palabras de la “sana enseñanza” (Tito 1:9), y la única manera de determinar si la enseñanza es sana es “separando bien la palabra” (II Timoteo 2:15 - BTX4). Antes de Pablo, la ley era sana doctrina. Pero “no estamos bajo la ley” (Romanos 6:15).

Por supuesto, sabemos que eso no significa que esté bien mentir, robar, matar, codiciar o hacer cualquiera de las otras cosas prohibidas en los diez mandamientos de la ley, porque Pablo dice lo contrario (Romanos 13:9). Simplemente significa que no estamos bajo la maldición de la ley,

Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley para hacerlas (Gálatas 3:10)

La ley maldijo a cualquiera “que no permaneciere en todas las cosas” en ella. Exigía 100% de obediencia el 100% del tiempo. Si cree que no es razonable que Dios exija ese tipo de fidelidad a Su ley, ¿puedo preguntarle si estaría satisfecho si su cónyuge le fuera fiel en un 99% el 99% del tiempo?

Sabemos que la “sana doctrina” consiste en exhortar a los hombres a observar el código moral de los diez mandamientos de la ley, pues después de hablar de las personas no salvas que quebrantan esas leyes (I Timoteo 1:8-10) Pablo agregó, “y para cuanto se oponga a la sana doctrina”.

Pero sabemos que la “sana doctrina” consiste en más que simplemente seguir los mandamientos de la ley, porque Pablo habló de “sana doctrina, según el… evangelio que a mí me ha sido encomendado” (I Timoteo 1:11). Eso significa que la sana doctrina hoy es doctrina que está de acuerdo con el evangelio de Pablo.

Pablo le dijo a Tito que un hablar como ese es “irreprochable”. Eso significa que no puede ser vencido en una discusión. Esa es una de las definiciones de “reprochar”, mostrar o demostrar que estamos equivocados (cf. Job 9:20). La sana doctrina paulina no puede ser reprochada, ¡porque nadie puede probar que la Biblia está equivocada si está correctamente separada (II Timoteo 2:15)!

Esto es lo que Pablo tenía en mente cuando le habló a Tito antes acerca de los “habladores de vanidades” (Tito 1:10) que enseñaban la “vana palabrería” de “la ley” (I Timoteo 1:6,7), y agregó: “a los cuales es preciso tapar la boca” (Tito 1:11). La manera de tapar la boca de los falsos maestros no es con cinta adhesiva (¡por muy tentador que sea a veces!) sino más bien enseñando la sana doctrina con tanta precisión que la boca del “adversario” es silenciada, no teniendo “nada malo que decir de vosotros”.

El Señor tuvo que tratar con adversarios, líderes religiosos que intentaron “sorprenderle en alguna palabra” (Mateo 22:15). Siempre trató a tales hombres con sana doctrina, y “al decir él estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios” (Lucas 13:17). ¿No es eso lo que Pablo le dijo a Tito que sucedería si él enseñaba la sana doctrina, que los adversarios se “avergonzarían”?

La moraleja de la historia es que mientras cerrar la boca asegurará que no entren moscas en ella y se gane el reproche de nuestros oponentes, hablar las palabras de la sana doctrina asegurará eso también, y cerrará la boca de aquellos que enseñan cosas contrarias al evangelio de Pablo.


Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: "Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico". A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.

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