¡Manos Arriba!

Ricky Kurth|A menudo me preguntan si Pablo quiso decir que deberíamos literalmente levantar las manos cuando oramos. No hay nada malo en hacerlo, siempre y cuando entiendas lo que Pablo quiso decir cuando estipuló que las manos que levantas en oración deben ser “santas”.

por el pastor Ricky Kurth

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, alzando manos santas, sin ira ni contienda (I Timoteo 2:8 - RVR1960)

A menudo me preguntan si Pablo quiso decir que deberíamos literalmente levantar las manos cuando oramos. Puesto que así oró David (Salmos 141:2), sabemos que no hay nada malo en hacerlo, siempre y cuando entiendas lo que Pablo quiso decir cuando estipuló que las manos que levantas en oración deben ser “santas”.

Digo esto porque algunos piensan que Pablo está haciendo referencia a la Ley, donde Dios prometió que no escucharía a su pueblo si las manos que levantaban en oración no eran santas:

Cuando extendáis vuestras manos, esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos (Isaías 1:15 cf. Salmos 66:18)

Pero esto no puede ser lo que Pablo tenía en mente aquí, porque “no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia” (Romanos 6:15). El pecado no obstaculiza las oraciones en la dispensación de la gracia, pero todos los que aman al Señor tendrán cuidado de no presumir la gracia de Dios al continuar en el pecado para que la gracia abunde (Romanos 6:1,2).

Pero esto significa que debe haber alguna otra razón por la que el apóstol habla de levantar manos santas, y la hay. Verás, en el contexto, Pablo acaba de terminar de instruir que oremos “por los reyes y por todos los que están en eminencia” (I Timoteo 2:1,2). Entonces, Pablo en realidad está diciendo que las manos que levantéis en oración para orar por nuestros líderes en el gobierno no deben estar involucradas en ninguna actividad impía subversiva contra aquellos por quienes están orando, líderes a quienes Dios dice que debemos estar sujetos (Tito 3:1) sin resistir (Romanos 13:1-7).

Esta es también la razón por la que Pablo dice que los hombres deben orar “sin ira ni contienda” 1 (I Timoteo 2:8). Algunos conectarían sus palabras aquí con el programa del reino, donde el Señor les dijo a los judíos a quienes ministraba (ver Mateo 15:24 y Romanos 15:8). “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno” (Marcos 11:25). ¡Ciertamente no había lugar para la ira en una instrucción como esa! También se les dijo:

…cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón… lo que diga le será hecho… todo lo que pidiereis, orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá (Marcos 11:23,24)

Pero todo creyente que alguna vez ha orado sin dudar, sólo para no recibir aquello por lo que oró, sabe que nosotros no estamos bajo el programa del reino de Dios para Israel, más de lo que estamos bajo la Ley que Él les dio. Así que estas referencias a la ira y la duda bajo el programa del reino no pueden ser lo que Pablo tenía en mente cuando dijo que oráramos “sin ira ni contienda”.

Más bien, en el contexto, Pablo nos está dirigiendo a orar por nuestros líderes en el gobierno sin ira hacia ellos, sentiminento que probablemente era tan común entre el pueblo de Dios en los días de Pablo, que el apóstol tuvo que abordar ese tema. Incluso hoy en día, los creyentes están continuamente enojados con nuestros líderes y siempre dudan de su capacidad para guiarnos. De modo que la instrucción de Pablo de que oremos por ellos “sin ira ni contienda” es tan necesaria hoy como lo fue el día en que esas palabras salieron de su pluma. Así que, amados, en lugar de criticar a nuestros líderes, oremos por ellos.

Notas



Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: "Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico". A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.

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