La Bienaventuranza De David

Cornelius R. Stam|Obviamente David no sabía más acerca de la presente “dispensación de la gracia de Dios” que Abraham, y ciertamente no vivió bajo la dispensación de la gracia. Pero David, a diferencia de muchos hoy en día, entendió el propósito de la Ley Mosaica.

por el pastor Cornelius R. Stam

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado. (Romanos 4:6-8 - RV1960)

Obviamente, David no sabía más acerca de la presente “dispensación de la gracia de Dios” que Abraham, y ciertamente no vivió bajo la dispensación de la gracia. Vivió bajo la dispensación de la Ley, cuando se requerían sacrificios para ser aceptado ante Dios. Si David hubiera dicho que la ofrenda de sacrificios era innecesaria, habría sido apedreado según la Ley.

Pero David, a diferencia de muchos hoy en día, entendió el propósito de la Ley Mosaica: presentar culpable al hombre ante Dios. En Salmos 130 dijo: “JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón”. No sabía cómo Dios podía absolver justamente a un pecador culpable, pero creyó que era un hecho y se regocijó en Salmos 32: “Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado… a quien Jehová no culpa de iniquidad…”

¡Gracias a Dios, ahora sabemos la razón! Dios ha revelado a través de Pablo, el principal de los pecadores salvos por gracia, cómo puede ser “justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (Romanos 3:26). Es porque “al que no conoció pecado [a Cristo], por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (II Corintios 5:21).

La bienaventuranza de David también puede ser nuestra, si hacemos lo que hizo David: confiar en Aquel que bondadosamente perdona el pecado y (como ahora sabemos) justifica a los creyentes sobre la base de la obra redentora de Cristo.


Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: "Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico". A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.

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