Elegir En Qué Enfocarnos – II Corintios 4:16-18

John Fredericksen|El 14 de noviembre de 2008, me desperté con mi casa en llamas. Mi esposa y yo nos quedamos allí y vimos cómo ardía todo. En lugar de concentrarnos en todo lo que perdimos, juntos, tomamos la decisión consciente de llenar nuestras mentes con todo lo que Dios nos había dado y alabarlo continuamente por estas cosas. Esto nos dio la victoria.

por el pastor John Fredericksen

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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El 14 de noviembre de 2008, me desperté con mi casa en llamas. Un contratista que trabajaba en la casa que construimos, cortó una esquina de la chimenea. Se suponía que debía instalar una tubería de acero inoxidable con triple revestimiento, pero la instaló en todos los pisos, excepto el ático. El resultado fue un incendio que quemó casi todo lo que habíamos acumulado durante treinta años de matrimonio. Mi esposa y yo nos quedamos allí y vimos cómo ardía todo. En lugar de concentrarnos en todo lo que perdimos, juntos, tomamos la decisión consciente de llenar nuestras mentes con todo lo que Dios nos había dado y alabarlo continuamente por estas cosas. Esto nos dio la victoria.

El hecho de que conozcamos al Señor Jesús como Salvador no significa que Él nos ahorrará pruebas y dificultades. Incluso la vida del gran apóstol Pablo estuvo llena de problemas. Él dijo: “Estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús…” (II Corintios 4:8-10). Pablo nos dice que fue golpeado cinco veces diferentes con “… cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado”. También naufragó, estuvo en constante peligro y “en trabajo y fatiga” (II Corintios 11:23-27). Tal lista hace que la mayoría de nosotros nos preguntemos cómo pudo permanecer fiel y evitar ser aplastado bajo el peso del desaliento.

La respuesta se encuentra en II Corintios 4:16-18. Su victoria comenzó con estar continuamente en la Palabra de Dios para que “… el [hombre] interior no obstante se renueva de día en día” (II Corintios 4:16). Luego, fortalecido espiritualmente por el poder de las Escrituras, tomó la decisión consciente de considerar cada prueba desde una perspectiva adecuada. Eligió ver todas las cosas negativas que le habían sucedido como sólo una “leve tribulación momentánea” (II Corintios 4:17). No magnificó el dolor. Lo minimizó, recordando que, a la luz de la eternidad, solo duró poco tiempo y su fidelidad al atravesar todo eso le traería recompensa eterna. Finalmente, no se detuvo constantemente en sus pruebas. Eligió “… no mirando nosotros las cosas que se ven, sino… las que… son eternas” (II Corintios 4:18). Su victoria fue cuestión de tener el enfoque adecuado.

Tú también puedes obtener la victoria, incluso cuando se te presenten pruebas severas. Pero dependerá de en qué elijas enfocarte. Enfócate en Dios, Su Palabra y la eternidad.

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