Mentiroso, Mentiroso, Cara de Oso

Ricky Kurth|Cuánto daño se podría evitar en la iglesia local si cada uno de nosotros prestara atención a la amonestación de Pablo de hablar “verdad cada uno con su prójimo” (Efesios 4:25).

por el pastor Ricky Kurth

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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Hasta donde sabemos, la conocida expresión que se encuentra en nuestro título no existía en los días bíblicos. Pero, ciertamente, habría sido una descripción adecuada de los habitantes de Creta, donde Pablo había dejado a Tito para ministrar (Tito 1:5). ¡Incluso uno de sus hijos favoritos tuvo que admitir que esto era cierto!

Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos… (Tito 1:12 - RV1960)

Pero antes de hablar sobre la evaluación que este profeta hace de sus compatriotas, quiero señalar que las palabras de Pablo aquí prueban que no hay nada malo en citar a hombres no salvos si lo que dicen es verdad; y lo que este incrédulo decía era verdad, como Pablo se apresuró a añadir (Tito 1:13).  Digo esto porque a veces aquí, en la Sociedad Bíblica Bereana, nos criticamos si citamos a un pastor o maestro no dispensacional en nuestros devocionales Dos Minutos Con La Biblia, o en nuestra revista Berean Searchlight. Sin embargo, sabemos que el apóstol Pablo no habría tenido ningún problema con esto, ya que citó a un hombre no salvo, y no solo una vez (cf. Hechos 17:28).

Ahora la razón por la cual Pablo citó a este cretense, es que acababa de advertir a Tito acerca de “habladores de vanidades… de la circuncisión… que trastornan casas enteras, enseñando… lo que no conviene” (Tito 1:10,11). Puesto que los judíos de la circuncisión amaban la Ley de Moisés, estos “habladores de vanidades” probablemente estaban enseñando la Ley, tal como los hombres que “se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley” (I Timoteo 1:6,7). Y probablemente decían algo como: “Los cretenses son siempre mentirosos, y todo el mundo sabe que la única manera de tratar con un mentiroso es sometiéndolo a la ley que prohíbe mentir (Levítico 19:11).”

Pero los miembros del Cuerpo de Cristo, que se encontraban en las iglesias de Creta, no estaban bajo la ley, estaban bajo la gracia (Romanos 6:15). Ponerlos bajo la Ley sería ponerlos bajo la maldición de la ley (Gálatas 3:10), algo que subvertiría sus mismas almas (Hechos 15:24). Sin embargo, los vanos habladores de la circuncisión en Creta habían sido tan activos en esto que Pablo dijo que habían subyugado a “casas enteras” (Tito 1:11).

¡Pero no hay que poner un pecador bajo la maldición de la Ley para ayudarlo a vencer la mentira! La Gracia nos enseña a rechazar la mentira y toda otra forma de impiedad (Tito 2:11,12). El apóstol de la gracia dijo que deberíamos desechar la mentira (Efesios 4:25). Y cuando añadió, “porque somos miembros los unos de los otros” (Efesios 4:25), nos estaba proporcionando un tremendo incentivo para no mentir. Quiero decir, piénselo bien. Si somos “miembros los unos de los otros”, y mentimos unos a otros, en realidad nos estamos mintiendo a nosotros mismos. Y suceden cosas malas cuando un cuerpo se miente a sí mismo.

Cuando tienes dolor, hay medicamentos que puedes tomar que harán que tu cuerpo le mienta al cerebro sobre el dolor que sientes. Pero esas mentiras pueden causar mucho daño al cuerpo cuando se silencia la señal que alerta del dolor. También existen medicamentos que harán que el cuerpo se mienta a sí mismo acerca de estar cansado, pero esos medicamentos también pueden dañar su salud. Todavía existen otras drogas que harán que tu estómago le mienta a tu cerebro acerca de tener hambre. Pero algunas de esas drogas son tan peligrosas que tuvieron que ser retiradas del mercado.

El punto es que, cuando le mientes a otro miembro del Cuerpo de Cristo, puedes hacerle mucho daño a ese Cuerpo también. Cuánto daño se podría evitar en la iglesia local si cada uno de nosotros prestara atención a la amonestación de Pablo de hablar “verdad cada uno con su prójimo” (Efesios 4:25). Y con un incentivo poderoso, como saber que somos miembros unos de otros, no hay necesidad de poner a un pecador bajo la maldición de la Ley para que deje de mentir.


Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: "Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico". A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.

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