Regocíjense En El Señor – Filipenses 4:4

John Fredericksen|El padre de mi esposa y yo somos verdaderos fanáticos del fútbol.

por el pastor John Fredericksen

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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El padre de mi esposa y yo somos verdaderos fanáticos del fútbol. Podemos hablar con alegría de fútbol durante largos ratos. Anticipamos cada clase, temporada y juego de reclutamiento. Cuando nuestros equipos jugaron y ganaron el campeonato nacional, hablamos mucho sobre ello, repetimos el juego y nos regocijamos por la victoria. Con un sentido de reverencia, se me ocurre que nosotros los creyentes deberíamos ser seguidores aún más entusiastas de Dios y regocijarnos constantemente en Él.

En Filipenses 4:4 (RV1960), Pablo nos dice: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”. Note que el énfasis y el enfoque del regocijo no están en nuestras circunstancias, sino en el Señor mismo. Un estudio de las Escrituras revela que hay muchos aspectos del Señor que deberían producir regocijo en nosotros. Jeremías escribió acerca de cuán misericordiosamente Dios trata con el hombre pecador. Él dijo: “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana…” (Lamentaciones 3:22-23). David escribió: “Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia” (Salmos 103:8). Añadió: “Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza… yo publicaré tu grandeza… Clemente y misericordioso es Jehová, Lento para la ira, y grande en misericordia” (Salmos 145:3-8). Asimismo, Moisés dijo: “Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable…” (Números 14:18). Incluso frente a la flagrante rebelión de Israel, Nehemías proclamó: “… Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste” (Nehemías 9:17). Pero incluso cuando, con justicia, Dios juzgue los pecados de la humanidad, tenemos la seguridad: “El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?” (Génesis 18:25). Muchos pasajes describen la santidad, la justicia, el poder, la omnisciencia y el amor de Dios. Por ejemplo: “… Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Después de confiar en Cristo, tenemos la certeza de la seguridad eterna y, por nosotros, Él “… es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos…” (Efesios 3:20).

A lo largo de hoy, debemos exaltar al Señor con cánticos de alabanza y regocijarnos en Su grandeza. Hacerlo no solo glorificará a Dios, sino que también nos acercará más a Él y nos dará un mayor aprecio por nuestra salvación.

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