por el pastor Kevin Sadler
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Y Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte, con brazo extendido… y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra… Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová… Y te alegrarás en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado (Deuteronomio 26:8-11 - RV1960)
Deuteronomio 26 instruye a Israel cómo, después de entrar en la Tierra Prometida y conquistarla, debían traer los primeros frutos de la primera cosecha que recogieran de la tierra y presentárselos a al Señor en adoración y acción de gracias (Deuteronomio 26:1-2). Ahora bien, esto le fue dicho a Israel antes de que entraran en la tierra, pero estas instrucciones fueron dadas con la plena expectativa de que la conquistarían y poseerían, como Dios había dicho que lo harían (Deuteronomio 6:1; 7:1-2). Dios es fiel, y cuando hace una promesa, ya está cumplida. Josué escribió años después:
… Dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella… No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió. (Josué 21:43-45)
Habiendo confiado en Cristo como nuestro Salvador, Dios dice que estamos destinados al cielo. Un día, cuando estemos en el cielo de Dios, morando en Su presencia, benditos y exaltados en Cristo, también diremos: “Ninguna cosa faltó de todo lo bueno que el Señor nos habló. Todo se cumplió”. ¡Debemos comenzar a agradecerle por esto ahora, por fe!
En acción de gracias, Israel debía llevar lo primero y lo mejor de su cosecha en una canasta al sacerdote en el tabernáculo y luego profesar en voz alta, reconociendo la fidelidad de Dios a Israel al preservarlos y traerlos a la tierra como había prometido (Deuteronomio 26:1-4). Debían recordar cómo Dios había escuchado sus clamores y oraciones pidiendo ayuda en Egipto y cómo los libró de su dura esclavitud y aflicción “con mano fuerte” (Deuteronomio 26:5-8). Dios llevó a Israel fuera de Egipto por Su fidelidad hacia ellos, y luego traería a Israel dentro a la Tierra Prometida por Su fidelidad hacia ellos, dándoles un país maravilloso, que cubriría todas sus necesidades (Deuteronomio 26:9).
Israel debía reconocer la bondad, la misericordia y la obra de Dios en su nombre. Debían recordar cómo Dios proveyó para ellos y adorarlo por “las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová”, y regocijarse “en todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado” (Deuteronomio 26:10-11).
Estas son cosas buenas para recordar al observar el Día de Acción de Gracias. Tenemos una liberación que recordar y por la cual agradecer a Dios, una liberación del pecado por el sacrificio de nuestro Salvador. Cristo nos libró de la esclavitud de nuestros pecados con fuerza, “con brazo extendido” en la Cruz, y “con mano poderosa” que fue traspasada por nuestros pecados. Dios nos redimió y nos llevó fuera de la esclavitud de nuestros pecados, y Él es fiel, y un día nos traerá dentro, a nuestra esperanza celestial. Al igual que el Israel de la antigüedad, debemos reconocer cómo Dios nos ha provisto y ha trabajado en nuestras vidas. Debemos alabarlo juntos por su bondad para con nosotros, agradeciéndole y regocijándonos en “todo el bien” que el Señor nos ha dado.
Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: “Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico”. A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.
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