El Nacimiento Que Dio A Los Gentiles Una Oportunidad De Redención

Paul M. Sadler|Pablo dice que Cristo entró en el mundo, “… para que redimiese a los que estaban bajo la ley” (los judĆ­os).

por el pastor Paul M. Sadler

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible, y mÔs recientemente su versión en español, Dos Minutos con la Biblia, a los cuales puede suscribirse siguiendo los enlaces anteriores. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley… (GĆ”latas 4:4,5 - RV1960)

Pablo dice que Cristo entró en el mundo, “… para que redimiese a los que estaban bajo la ley” (los judĆ­os). Nacimos para vivir, pero Ɖl nació para morir. Esa fatĆ­dica noche de hace mucho tiempo serĆ” un eco de esta maravillosa verdad hasta el fin de los tiempos. Es decir, el comedero de madera que frecuentaban los corderos acunaba al Cordero de Dios, que un dĆ­a colgarĆ­a de una vieja y rugosa Cruz. ¿Por quĆ©? Para poder redimirnos “… de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque estĆ” escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero)” (GĆ”latas 3:13).

Pero, ¿quĆ© tiene que ver todo esto con nosotros los gentiles? ¡Mucho, en todos los sentidos! En primer lugar, aprendemos del evangelio de Pablo que el plan de redención de Dios no debĆ­a limitarse a Israel. Por lo tanto, Pablo recibió una nueva revelación de que “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo” (2 Corintios 5:19). Cristo se dio a sĆ­ mismo en rescate por todos (1 Timoteo 2:6). AdemĆ”s, la ley, que condenó a Israel, tambiĆ©n apuntó con su dedo huesudo a la cara de los gentiles, declarando que nosotros tambiĆ©n estĆ”bamos bajo la sentencia de condenación. Considere estas solemnes palabras:

“Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que estĆ”n bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios” (Romanos 3:19). Si el pueblo elegido de Dios no pudo mantener su norma de justicia, ¿deberĆ­amos suponer que nos habrĆ­a ido mejor si los gentiles hubieran sido puestos bajo la ley? Cristo ha redimido a ambos, judĆ­os y gentiles, de la maldición de la ley. ¡Hoy, entonces, somos salvos por gracia mediante la fe solamente! ¡Caminamos solo por gracia, y un dĆ­a seremos arrebatados juntos solo por gracia!

AsĆ­ que, mientras el plan de redención de Dios se iba desarrollando gradualmente, A Pablo se le dio el secreto del evangelio, que es el Calvario. Ɖl es el primero en revelar el significado de lo que Dios estaba haciendo en Cristo. En otras palabras, Pablo explica por quĆ© el nacimiento virgen fue esencial, que se hizo una provisión para todos en el Calvario, que el perdón es a travĆ©s de la sangre de Cristo, cómo fuimos redimidos de la maldición de la ley, etc. Aunque las distinciones dispensacionales son sumamente importantes, que el SeƱor tambiĆ©n nos dĆ© entendimiento en cuanto a la importancia de las conexiones entre los dos programas de Dios.


Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artĆ­culos de Dos minutos fueron escritos hace aƱos por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artĆ­culos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: “Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos aƱos, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artĆ­culos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, aƱadirĆ­a interĆ©s, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artĆ­culos de periódico”. A esto aƱadirĆ­amos que lo mismo ocurre con los artĆ­culos escritos por otros que seguimos aƱadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que estĆ© de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artĆ­culos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseƱan son atemporales.

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