por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation, y más recientemente su versión en español, Transformación Diaria, a los cuales puede suscribirse siguiendo los enlaces anteriores. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Una mujer del pueblo donde vivimos era tan desagradable, entrometida y descarada que, en lugar de llamarla Eva, muchos la llamaban «Evil (Malvada)». No es de extrañar que criara a una hija que seguía el ejemplo de impiedad de su madre. Quienes conocen de verdad a estas mujeres no quieren tener nada que ver con ellas.
Herodías era la misma clase de mujer malvada, pero aún peor. Era una mujer inmoral que tuvo una relación consensuada con Herodes tras dejar a su esposo, hermano de este. Cuando Juan el Bautista los reprendió por esta unión, fue encarcelado. Enojada y vengativa, Herodías quería que Juan fuera condenado a muerte. Cuando la hija de Herodías fue a bailar seductoramente ante Herodes durante su banquete de cumpleaños, su madre le había ordenado que pidiera la cabeza de Juan el Bautista en un plato (Mateo 14:8). Herodes accedió, pero lo hizo en contra de su buen juicio por temor a las multitudes que consideraban a Juan un profeta. Lo que Herodías no pudo lograr directamente, lo logró mediante la coerción, la manipulación y el engaño.
La madre de Salomón contrasta marcadamente. «La profecía con que le enseñó su madre» incluía una fuerte advertencia: «…No es de los reyes beber vino… No sea que bebiendo olviden la ley, Y perviertan el derecho…» (Proverbios 31:1-5 - RV1960). La ley, o los estrictos mandatos, de su madre fueron dados «para que te guarden de la mala mujer» (Proverbios 6:6,24). Ella le dijo a Salomón que buscara «la mujer que teme a Jehová» (Proverbios 31:30) y dio una extensa descripción de cómo se comporta una mujer así (Proverbios 31:10-31). Estas cualidades en una mujer eran de gran valor en la época de Salomón, y son igual de importantes hoy. Aprendemos de Tito 2:3-5 que las mujeres mayores deben enseñar a las mujeres jóvenes «a ser prudentes, castas». Las madres también deben enseñar a sus hijos a saber «tener su propia esposa [vaso] en santidad y honor» y a no «agraviar ni engañar» a otros en áreas de tentación, como usar ropa reveladora o ser sexualmente agresivo fuera del matrimonio (1 Tesalonicenses 4:3-6).
Instamos a las mujeres que lean estas descripciones a que se propongan erradicar las cualidades de la impiedad y evitar a quienes se deleitan en ellas. Pero hagan más. Busquen construir una verdadera piedad en sus vidas. A los hombres, los instamos a buscar una mujer verdaderamente piadosa como su alma gemela en el matrimonio. Y si han encontrado a esa mujer, díganle hoy cuánto agradecen su ejemplo piadoso.
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