La Cláusula Del Ocaso

Kevin Sadler|Dios no quiere que nos enojemos con una ira pecaminosa. Sabemos que es posible estar enojado “y no pecar” porque Dios se enoja. La frase “ira del Señor” se encuentra 32 veces en la Biblia. Dios siempre es justo en Su ira, pero a menudo nosotros no lo somos.

por el pastor Kevin Sadler

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo (Efesios 4:26-27)

Dios no quiere que nos enojemos con una ira pecaminosa. Sabemos que es posible estar enojado “y no pecar” porque Dios se enoja. La frase “ira del Señor” se encuentra 32 veces en la Biblia. Dios siempre es justo en Su ira, pero a menudo nosotros no lo somos. La ira en respuesta a las malas acciones, la injusticia y el daño a otros no es pecado, pero la ira que es egoísta, rencorosa, cruel y fuera de control es pecaminosa.

Para lidiar con la ira que puede llevar a otros pecados, Dios da el mandamiento de “no se ponga el sol sobre vuestro enojo”. Esta “cláusula de extinción” es una manera efectiva de recordarnos que debemos tomar medidas para lidiar con nuestra ira, lo más rápido que podamos, antes de que se instale y se infecte. Esta instrucción no pretende ser una regla restrictiva y al pie de la letra, de que si nos enojamos a las 7:45 p.m. y el sol se pone a las 8:00 p.m. que tenemos que solucionarlo en 15 minutos. Más bien, se está enseñando a la Iglesia a dar prioridad a afrontar la situación, a comunicar y resolver los sentimientos de ira lo antes posible.

“Un matrimonio tuvo una pelea y acabó dándose la ley del hielo. Una semana después de su muda discusión, el hombre se dio cuenta de que necesitaba la ayuda de su esposa. Para tomar un vuelo a Chicago para una reunión de negocios, tenía que levantarse a las cinco de la mañana. Como no quería ser el primero en romper el silencio, escribió en un papel:”Por favor, despiértame a las cinco de la mañana”. Por la mañana, el hombre se despertó y descubrió que su esposa ya estaba levantada de la cama, eran las 9 a.m. y su vuelo hacía mucho que había despegado. Estaba a punto de buscar a su esposa y exigirle una respuesta por sus fallas, cuando notó un trozo de papel junto a la cama. Leyó: ‘Son las 5 a.m. Despierta’”.1 ¡Si esta pareja hubiera vivido según Efesios 4:26, no habría perdido su vuelo!

La razón por la que necesitamos lidiar con nuestra ira es que tiene una dimensión mayor: para no “darle lugar al diablo”. La ira no resuelta puede permitirle al diablo entrar en nuestras vidas y gobernarnos. Puede darle la oportunidad de llevarnos a pecados como la autocompasión, el orgullo, la ira, la venganza, la amargura y el resentimiento. Sin embargo, al obedecer las instrucciones de Dios con la fuerza del Espíritu Santo, sin permitir que el sol se ponga sobre nuestra ira, nuestras vidas y relaciones se beneficiarán para la gloria de Dios.



Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: "Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico". A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.

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