por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Cuando conocí por primera vez a la señora que se convertiría en mi esposa, a las pocas semanas supe que ella era “la indicada”. Un día después de una cita, tomé la salida del cobarde. Le escribí agradeciéndole el tiempo que pasamos juntos y firmé mi carta: “Con amor, John”. En ese momento, supe que la amaba y anhelaba escucharla confirmar su amor por mí. Pero todavía no había reunido el coraje para decirle eso, así que firmé mi afecto en una carta. No esperaba mucha respuesta, pero al día siguiente ella dijo con valentía: “Yo también te amo”.
En muchos círculos y relaciones de la gracia, a menudo hablamos sobre el amor como norma cristiana, y estudiamos al respecto. Pero es algo poco común que los creyentes comuniquen personal y específicamente su amor mutuo. En contraste, es digno de notarse cuántas veces el apóstol Pablo declara audazmente su amor por los santos con quienes tenía comunión. Explicó su motivo para escribir su primera carta severa a los corintios diciendo: “Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas, no para que fueseis contristados, sino para que supieseis cuán grande es el amor que os tengo” (II Corintios 2:4 - RV1960). Nuestro apóstol pensó que era importante que supieran que los amaba y que cualquier acción que tomara en relación con ellos se basaba en ese amor genuino. Pablo continuó explicando la razón por la cual les ministró sin aceptar ningún apoyo financiero. Él pregunta: “¿Por qué? ¿Porque no os amo? Dios lo sabe” (II Corintios 11:11). Les ministró sin ningún pago por dos razones: los amaba y quería eliminar motivos para cualquier ofensa. Más tarde, les abrió su corazón diciendo: “Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos” (II Corintios 12:15). Aunque estos creyentes a menudo se comportaban mal, Pablo quería que supieran que, sin importar cómo actuaran o reaccionaran, eso no afectaría su amor y actitud de sacrificio hacia ellos. Él no quería que hubiera ninguna duda en sus mentes de que eran amados incondicionalmente y sin cesar.
Quizás habría mayor armonía entre los creyentes si nosotros también confirmáramos nuestro amor unos por otros. Seguramente alguien necesita saber de ti que es amado. Diles hoy.
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