por el pastor Paul M. Sadler
La Sociedad BĆblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artĆculos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al espaƱol de dichos artĆculos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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¡Ay del que da de beber a su prójimo! ¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le embriagas para mirar su desnudez! (Habacuc 2:15 - RV1960)
Hay muchos pasajes en la Palabra de Dios, como la referencia anterior, que son principios eternos. Si bien la industria del alcohol hace todo lo posible para que la gente crea que beber es una forma inofensiva de pasar un buen rato, los hechos son diferentes. Se tiene mucho cuidado de no publicitar nunca al alcohólico que estĆ” muriendo de cirrosis hepĆ”tica o las casas que han sido destruidas por las bebidas fuertes. Y, por supuesto, siempre hay una voz entre la multitud que dice que unas cuantas bebidas sociales nunca harĆ”n daƱo a nadie. La mayorĆa de los alcohólicos en recuperación, sin embargo, cuentan una historia muy diferente de cómo su caĆda en una vida de borrachera comenzó con el consumo social de alcohol.
El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, Y cualquiera que por ellos yerra no es sabio. (Proverbios 20:1)
Hace muchos aƱos, estaba conduciendo por Apollo, Pensilvania, y vi un pedazo de chatarra destrozada junto a la carretera. Al reducir la velocidad descubrĆ que era un automóvil, o al menos lo que quedaba de Ć©l. Al parecer alguien sobrevivió al accidente porque habĆa latas de cerveza estratĆ©gicamente colocadas al lado del auto con un cartel que decĆa: “¡Y nos dijeron que Ćbamos a divertirnos!”. Alguien mintió.
Contrariamente a la opinión del mundo de que el alcoholismo es una enfermedad, la Palabra de Dios llama pecado a la embriaguez (GĆ”latas 5:19-21). Beber en exceso no es una enfermedad; es una cuestión de elección. Aunque algunos borrachos superan su adicción a travĆ©s de programas como Alcohólicos Anónimos, aparte de la fe, con demasiada frecuencia vuelven a beber cuando se enfrentan a una crisis. La respuesta del mundo a los problemas de esta vida es: “Necesito un trago”. Sin embargo, la respuesta no se encuentra en el fondo de una botella. ¡La respuesta es una relación personal con Cristo!
Cada persona que lee estas lĆneas tiene un familiar, un querido amigo o un vecino que lucha con esta tentación. SĆ, incluso los creyentes luchan con este pecado, como Pablo deja muy claro:
Andemos como de dĆa, honestamente; no en glotonerĆas y borracheras… sino vestĆos del SeƱor Jesucristo, y no proveĆ”is para los deseos de la carne. (Romanos 13:12-14)
Lo mejor que podemos hacer por quienes luchan contra esta adicción es mostrarles nuestro amor y apoyo. Es importante compartir con ellos que estĆ”n muertos a este pecado en Cristo y, por lo tanto, ya no tiene que controlar su vida. Dado que el alcoholismo es un problema tan profundamente arraigado, anĆmelos a buscar un pastor piadoso o un consejero cristiano que pueda ayudarlos a comprender mejor Romanos 6.
Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artĆculos de Dos minutos fueron escritos hace aƱos por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artĆculos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: "Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos aƱos, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artĆculos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, aƱadirĆa interĆ©s, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artĆculos de periódico". A esto aƱadirĆamos que lo mismo ocurre con los artĆculos escritos por otros que seguimos aƱadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que estĆ© de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artĆculos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseƱan son atemporales.
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