por el pastor Cornelius R. Stam
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Two Minutes with the Bible. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
ver original
Todo estudiante de la Palabra debe conocer los tres asesinatos brutales en torno a los cuales gira toda la historia. Estos tres asesinatos representan la respuesta de Israel al triple llamado de Dios al arrepentimiento. Explican el pecado imperdonable y forman el trasfondo de la presente dispensación de la gracia.
Fue Juan el Bautista, el último de los profetas del Antiguo Testamento, quien fue enviado como precursor de Cristo para llamar a Israel al arrepentimiento. Fue decapitado por Herodes, el malvado y licencioso “rey de los judíos”. Después de Juan, el mismo Cristo retomó el grito: “Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos se ha acercado”. A él lo crucificaron. Luego, en Pentecostés, a Israel se le dio una tercera oportunidad para arrepentirse, hasta que derramaron sangre nuevamente, apedreando a Esteban hasta la muerte.
Cabe señalar, también, que su culpa, así como su amarga enemistad, ¡aumentó con el segundo y tercer asesinato! Si Israel hubiera respondido al llamado de Juan al arrepentimiento, Herodes nunca se habría atrevido a encarcelar a Juan. Esto explica por qué nuestro Señor no hizo nada para liberarlo de la prisión, a pesar de que esto había ofendido a Juan. No era él, sino ellos quiénes tenían que hacer algo con respecto al injusto encarcelamiento de Juan y cada momento que pasó en prisión testificó contra ellos. Lea atentamente Lucas 3:18-20; 7:19-29; y Mateo 14:1-11. En cuanto a la decapitación de Juan el Bautista, la permitieron. En cuanto a la crucifixión de Cristo, la exigieron (Lucas 23:23,24). En cuanto a apedrear a Esteban, lo cometieron, echándolo fuera de la ciudad con sus propias manos, y apedreándolo allí.
Y así aquella generación en Israel cometió el pecado imperdonable que nuestro Señor advirtió no sería perdonado, ni en esa época ni en la venidera. Así cerramos este artículo citando esos preciosos pasajes de las epístolas de Pablo que claramente NIEGAN la posibilidad de cualquier “pecado imperdonable” durante la presente “dispensación de la gracia de Dios”:
Tenemos redención por su sangre, EL PERDÓN DE PECADOS según las riquezas de su gracia (Efesios 1:7 - RV1960)
Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; MAS CUANDO EL PECADO ABUNDÓ, SOBREABUNDÓ LA GRACIA; para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro. (Romanos 5:20,21)
Al lector (por Berean Bible Society): Algunos de nuestros artículos de Dos minutos fueron escritos hace años por el pastor C. R. Stam para publicarse en periódicos. Cuando muchos de estos artículos se compilaron posteriormente en forma de libro, el pastor Stam escribió esta palabra de explicación en el prefacio: "Hay que tener en cuenta que la columna del periódico, Dos minutos con la Biblia, se publica desde hace muchos años, por lo que los acontecimientos locales, nacionales e internacionales se discuten como si hubieran ocurrido recientemente. En lugar de reescribir o fechar estos artículos, los hemos dejado tal como estaban cuando se publicaron por primera vez. Esto, nos pareció, añadiría interés, especialmente porque nuestros lectores saben que aparecieron por primera vez como artículos de periódico". A esto añadiríamos que lo mismo ocurre con los artículos escritos por otros que seguimos añadiendo, periódicamente, a la biblioteca de Dos minutos. Esperamos que esté de acuerdo en que, aunque algunas de las referencias de estos artículos son de hace tiempo, las verdades espirituales que enseñan son atemporales.
0 Comentarios