por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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En la década de 1980, mi esposa y yo servimos en una iglesia en Illinois. Una de las personas que llegamos a amar allí fue Jack. Era, y sigue siendo, un hombre simpático que puede mantenerte en vilo con su humor. Fue salvo cuando tenía treinta años en un entorno difícil e inmediatamente permitió que Dios cambiara completamente su vida. Se volvió activo en el ministerio infantil, enseñaba un estudio bíblico para adultos, se convirtió en un constante ganador de almas, dirigía el canto, leía su Biblia, asistía regularmente a la iglesia y mucho más. Hoy, incluso después de graves problemas cardíacos y de todos estos años, Jack permanece fiel.
Cuando el apóstol Pablo abre su carta a los Efesios, se refiere a ellos como: “los… fieles en Cristo Jesús” (Efesios 1: 1 - RV1960). Esa descripción es un gran elogio. La palabra “fiel” significa ser “digno de confianza, seguro o verdadero”. Nunca ha sido fácil encontrar personas que permitan que el Señor los eleve a este estándar. David escribió: “Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; Porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres” (Salmos 12:1). Salomón estuvo de acuerdo. Inspirado, escribió: “Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, Pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?” (Proverbios 20:6). Aunque los hombres fieles eran escasos, Dios encontró unos pocos. De hecho, el Señor llamó “fieles” a varios de los santos. “Mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa” (Números 12:7). Abimelec preguntó: “¿Y quién entre todos tus siervos es tan fiel como David…?” (I Samuel 22:14). En Nehemías, se dijo que Dios escogió a Abraham “Y hallaste fiel su corazón delante de ti” (Nehemías 9:7-8). El apóstol Pablo escribió: “Doy gracias… a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio” (I Timoteo 1:12).
En el Libro de Efesios, Pablo se refirió a los santos como “fieles”. Esto implica que fueron fieles en doctrina, en servicio, en conducta, en la iglesia local y más. Desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, incluso hoy, algunos optaron por ser verdaderamente fieles al Señor. ¿Qué importancia tiene esto? Así como es importante para nosotros ser fieles a nuestro cónyuge, Aquel que murió por nosotros merece nada menos que nuestra total fidelidad. Con la ayuda de Dios, decidamos ser, como describe la definición, confiables, dignos, seguros y verdaderos. El Salvador quiere que seas fiel. ¿Te detendrás ahora mismo para pedirle a Cristo que te permita ser fiel a Él, como los hombres fieles mencionados anteriormente?
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