por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Un joven con un claro testimonio de fe en Cristo y conocimiento de la verdad dispensacional estuvo en un momento entusiasmado con el Señor. Incluso enseñó en la iglesia. Luego dejó de servir y se alejó del Señor siguiendo un patrón destructivo. Su vida espiritual en Cristo yacía latente en su interior y estaba sofocada. Finalmente, llegó a un punto bajo que lo llevó de nuevo a caminar diariamente con Cristo. Hoy está sirviendo activamente a Cristo y experimentando un gozo interior del que careció durante varios años.
El apóstol Santiago les dijo a los santos del reino algo exclusivo del programa de Israel cuando escribió: “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2:17 - RV1960). Santiago estaba hablando con sus compañeros judíos acerca de ser justificados del pecado y recibir vida eterna. Preguntó: “¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a Isaac su hijo sobre el altar” (Santiago 2:21)? Santiago hizo esta declaración porque los judíos a los que se dirigió todavía estaban bajo la Ley de Moisés. Sólo podrían salvarse mediante la fe en el Señor Jesús como su Mesías y la obediencia al Evangelio del Reino. Este evangelio requería circuncisión (Génesis 17:7-14; Hechos 15:1), confesión de pecado (Mateo 3:6; Romanos 10:10), arrepentimiento y bautismo en agua para perdón y vida eterna (Hechos 2:38; Marcos 1:4). Por eso Santiago usó el ejemplo de Abraham y Rahab, quienes demostraron su fe por obras y en ellas recibieron la justificación del Señor. Bajo el programa de Israel, que ahora ha sido dejado de lado, Santiago tenía razón al decir: “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe” (Santiago 2:24). Todo esto contrasta marcadamente con el actual programa de la gracia de Dios. Hoy somos salvos, 100% aparte de las obras, por la fe en la obra de Cristo únicamente (Efesios 2:8-9; Romanos 11:6). No se pueden agregar obras. Dios no aceptará obras para merecer la vida eterna. La salvación hoy es, totalmente, un regalo de la gracia de Dios.
Hay algo que podemos aprender como aplicación secundaria de las palabras de Santiago sobre la fe y las obras. En cualquier dispensación, hay cierta muerte, letargo o vacío espiritual que se infiltra si no trabajamos por la causa de Cristo después de la salvación. Servir a Cristo trae gozo espiritual, propósito, satisfacción y plenitud. Insufla vida y vitalidad a nuestra fe que no se puede experimentar sin ella. No te lo pierdas. Ve cómo tu fe cobra vida trabajando regularmente para tu Salvador.
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