Lluvias de bendición – Efesios 1:3

John Fredericksen|A menudo, los cristianos no logran ver, ni reconocer en su mente y corazón, todas las maneras en que Dios nos ha bendecido tan abundantemente.

por el pastor John Fredericksen

La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation, y más recientemente su versión en español, Transformación Diaria, a los cuales puede suscribirse siguiendo los enlaces anteriores. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.

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Tenemos un ser querido mayor que ha sufrido varios derrames cerebrales. El último le quitó prácticamente toda la visión del lado izquierdo. Por consiguiente, sobre todo por la disminución previa de la capacidad en el ojo derecho, le cuesta ver lo que le rodea. Para ella, es una verdadera bendición que su familia venga a verla. También le encanta tener muchas antigüedades familiares con valor sentimental. Sin embargo, a menudo, cuando estas y otras bendiciones están justo delante de ella, no las ve en absoluto o no las reconoce.

A menudo, los cristianos no logran ver, ni reconocer en su mente y corazón, todas las maneras en que Dios nos ha bendecido tan abundantemente. Aprendemos de Efesios 1:3 (RV1960) que «…el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo… nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo». ¿Qué clase de bendiciones espirituales tenemos sobre la base de nuestra salvación en el Señor Jesucristo? «El muro intermedio de separación» (Efesios 2:14) que nos separaba de Dios ha sido derribado. Hemos sido «vivificados [resucitados espiritualmente] juntamente con él, perdonándonos todos los pecados» (Colosenses 2:13). Los creyentes ahora son «justicia de Dios» en Cristo (2 Corintios 5:21). Estamos sellados con seguridad eterna, justificados, tenemos acceso a Dios mediante la oración y cientos de otras bendiciones espirituales. Pero no debemos ser miopes. Dios también nos ha colmado de muchas bendiciones que no serían caracterizadas como las que recibimos «en los lugares celestiales» (Efesios 1:3). Pablo enseñó que debemos dar gracias a Dios por la comida (Romanos 14:6). Esto implica que, en última instancia, el Señor nos provee el alimento, el dinero para comprarlo, la salud para ganarlo y el empleo para poder hacerlo. Los santos de antaño veían los hijos (o la familia), la lluvia, la Palabra escrita de Dios, los amigos, los hogares, la riqueza, las puertas abiertas para servir al Señor, la seguridad en los viajes, la protección contra los malhechores y mucho más, todo como bendiciones de Dios. Necesitamos ver que «toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces» (Santiago 1:17).

Si no vemos más allá de nuestra bendición espiritual en Cristo, para ver también las bendiciones diarias que Dios nos da, perderemos el gozo de comprender todas sus bendiciones. Estén atentos a todas las bendiciones de Dios y escriban una lista por la que puedan darle gracias.

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