por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Tengo un primo que, durante la guerra de Vietnam, fue soldado de operaciones especiales. Lo que hizo fue información clasificada, por lo que rara vez hablaba de ello y, aun así, no entraba en detalles. Sabemos que lo dejaron detrás de las líneas enemigas para cumplir sus misiones, y sospechamos que eso incluía a Camboya. Cuando lo enviaban a misiones, tenía una serie de armas que eran esenciales para su supervivencia. Tenía un rifle de largo alcance, navaja utilitaria, granadas y quizás otras que aún desconocemos.
Nos demos cuenta o no, cada uno de los que hemos confiado en el trabajo terminado del Señor Jesucristo como nuestra única esperanza de vida eterna estamos cada día en una seria batalla espiritual. Satanás es “… el dios de este mundo…” (II Corintios 4:4 - RV1960). Este mundo es el dominio actual de Satanás. De hecho, hemos sido dejados detrás de las líneas enemigas, para luchar “contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12). Afortunadamente, no estamos obligados a participar en esta guerra con nuestras propias fuerzas. Tenemos el Espíritu Santo que mora en nosotros y armas que nos permitirán sobrevivir y ganar esta batalla. El apóstol Pablo nos dice: “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (II Corintios 10:4-5). ¿Cuáles podrían ser estas armas? Son la Palabra de Dios y la oración. Las Escrituras son un arma “eficaz” (Hebreos 4:12), que tiene la capacidad milagrosa de limpiar nuestro pensamiento (Efesios 5:26), renovar nuestra mente (Colosenses 3:10) y transformar nuestras vidas (Romanos 12:1-2). Cuando la leemos con un corazón rendido, puede llevar cada pensamiento a la obediencia al Salvador. También tenemos el arma del acceso instantáneo al Señor en oración. Dios ayudó a Pablo en su profunda angustia a través de las oraciones de los santos (II Corintios 1:8-11). Él también nos ayudará si aprovechamos esta arma.
Hoy estás detrás de las líneas enemigas. No salgas de casa sin las armas de la Palabra de Dios en tu mente y la oración en tu alma. Si ya saliste de casa sin estar debidamente equipado, ponte ahora mismo la armadura de la oración. Luego, pasa tiempo en la Palabra cuando llegues a casa. Mañana, asegúrate de no salir por la puerta sin estar completamente equipado con ambas armas.
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