por el pastor John Fredericksen
La Sociedad Bíblica Bereana (Berean Bible Society) publica diariamente en su sitio web artículos devocionales con el nombre Daily Transformation. En 2T15, publicamos traducciones al español de dichos artículos, con la finalidad de poner el mensaje de la gracia de Dios al alcance de los hermanos en Cristo de habla hispana. Sea de bendición para su vida.
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Cuando era joven, uno de mis trabajos en el verano era recoger cardos del pasto. Estas malas hierbas son muy espinosas, por lo que no se pueden arrancar fácilmente. En lugar de eso, los desenterraba de raíz con una pala, los cargaba en la camioneta con una horca, los llevaba lejos, los rociaba con gasolina y los quemaba. Con tantos cardos en una gran pila, era todo un espectáculo verlos arder mientras el humo negro se elevaba.
El libro de Hebreos fue escrito como una advertencia a los judíos en el periodo de Hechos acerca del “juicio eterno” (Hebreos 6:2 - RV1960). Mientras el autor hace un llamamiento a sus hermanos judíos para que abracen plenamente la fe en Cristo y permanezcan fieles, utiliza una ilustración de la tierra bebiendo de la lluvia para producir hierbas que son rentables. Luego dice: “Pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada” (Hebreos 6:8). Estas palabras son una referencia directa a lo que les sucederá a todas las almas perdidas en el juicio eterno. En Mateo 13:37-43, el Señor Jesucristo describió a las almas perdidas como “la cizaña”, la cosecha venidera como “el fin del siglo; y los segadores son los ángeles”. La cizaña será arrancada y quemada en el fuego, “y la echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes”. Mateo 13:49-50 confirma este proceso al decir: “Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes”. Nunca habrá indulto para aquellos que sufren el castigo eterno. El Salvador advirtió que, en el infierno, “el fuego nunca se apaga [o nunca se apagará]” (Marcos 9:48), y se describe a quienes allí están en constante “tormento” (Lucas 16:23-24). Todas las almas perdidas serán atormentadas “con fuego y azufre… y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche…” (Apocalipsis 14:10-11).
Estas descriptivas advertencias tienen como objetivo incitar a las almas perdidas a confiar únicamente en Cristo y motivar a los salvos a compartir urgentemente el evangelio que puede evitar a otros este terrible destino. Si nunca has confiado en Cristo, aparte de cualquier obra, hazlo ahora mismo. Si conoces a Cristo como Salvador, comparte el evangelio con alguien hoy.
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